CUARENTENA: DÍA I
Las reglas de mi madre
resuenan en las paredes de gotelé
de mi habitación llena de
enfermedad,
parásitos bajo la cama.
Lávate las manos. Tose
tapándote la boca. En las malas
solo tendrás a tu
familia.
Me toco el ombligo
esperando que crezca un cordón umbilical
que me una a mi madre
fumadora de 48 años,
a mi hermana pequeña
huesos frágiles. Gorrión
herido.
La sombra que las cuida.
Las alimenta. Sanos.
Su voz resuena por la
casa donde corría
haciéndome cortes en las
rodillas.
El día que me fui
en el árbol del patio
un esqueje comenzó a
crecer. Cubre el nido.
los días en los que se
lloran por los muertos.
Mi herida está caliente,
la sangre de un cuerpo
que late
pide a gritos que
alimenten su estómago.
Madre, ¿dónde te has ido?
Imagen: Veliza Ivanoz
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