POEMA DE MARÍA SOTOMAYOR
En el día de su muerte
QUE LLAMEN A LOS MUCHACHOS del taller de
Miguel
que llamen a las costureras
que Magdalena Buenosvinos ha muerto
la del lunar en la cara
que pasen todas y todos por su puerta y hagan
reverencia
la desmemoriada la luna en la cama
la de los presagios y flores en cestos de mimbre
que preparen las campanadas de las cinco
las campanadas de las muertas y los muertos
las coronas a las doce que no esté sola
en esa habitación de cristal y cristo
que el coche negro con la caja de madera ya
asoma
que le junten sus manos en el pecho
y no hablemos de mortaja que se vaya
como murió
en pijama y despeinada con su boquita
medio abierta de gorrión
y sus ojos cerrados de criatura recién gestada
que ha muerto Magdalena Buenosvinos la
costurera
que se entere todo el mundo y que la lloren
que la lloren que hagan del pueblo un estanque
y de su ataúd un barco hasta el cementerio
hasta entrar en el nicho con su papa Pedro y su
mama Pepa
que las flores que se desprendan se conviertan
en peces
que todas mis lágrimas sirvan para algo más
que para enjuagarte la cara
tu cara ya fría
tu nariz ya filosa
tus ojos que se han quedado como cuencas
vacías en apenas unas horas
en ellos podría poner dos olivos que alguien
me abra la puerta
te veo pequeña y escarchada
pero yo te sigo en la luz y en mi madre
en los jaramos que nadie mira ahora
que tu cara es de nácar
y puedo llevarte en brazos al río
que ha muerto Magdalena Buenosvinos
mi abuela
no avisen a nadie por favor que estoy
bordando sus rosas en sus pies
y en sus manos pensamientos
20 de marzo de 2018

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