CUENTOS SIN FINAL FELIZ

7:49 Elchicodelachaquetavaquera 0 Comments



Hoy he conocido la historia de Athel.
El pequeño niño pakistaní que se muere de hambre
es la esquina de un callejón en ruinas en una ciudad
que no le ha enseñado a hablar.
Athel corre. Corre todos los días huyendo del miedo,
de la oscuridad que se esconde a pleno sol.

-Yo lloro lejos de él-.

La piel se le seca y quiebra dejando al aire
unos músculos débiles
que tiemblan cuando una persona camina a su lado.
Alza el brazo y reza por ser escuchado.
Su Dios no le perdona.

Athel busca. Busca entre las piedras de una aldea
desconocida el brazo de un padre
que le eleve al cielo.
Busca la palabra de una madre que fue silenciada
años atrás cuando amamantaba al único hijo
que había sobrevivido a la sangre.

-No controlo mi cuerpo. 
Siento mi cuerpo hueco.
Siento el útero que perdí en el vientre de mi madre.
Siento los huesos romperse despacio. Uno a uno.
Grito hasta perder mis dientes.

Me tengo que tragar
que no puedo ser padre.
Que no sé amar.
Que no sé criar una vida.

Dicen que estoy enfermo.

Las campanas de mi pueblo suenan otro vez.




Imagen: @NateNessman

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