Heridas de mujer
Hay niñas en mi ciudad que caminan
mirando al suelo.
Niñas que notaron el frío entre sus
piernas
mientras callaban asustadas por los
hombres lobos
que olfatean en las esquinas.
Van descalzas y han enmudecido.
Intentan conjuntar los arañazos de sus
cuellos
con vestidos largos que oculten
las heridas abiertas que hay en sus
muslos.
Sobreviven entre escombros y
de la caridad cristiana de los patriotas
que las compadecen después de hacerlas
sangrar.
En mi ciudad hay niñas fuertes.
Niñas heridas.
Niñas muertas.
En mi ciudad hay hombres lobos.
Hombres crueles.
Hombres libres.
Qué bonito. Hace falta más poesía social como la tuya.
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