HOMBRE DE CAMPO
Mi padre me decía que la enfermedad
se cura en el campo, trabajando.
Yo, que tenía manos
débiles
paseaba entre los olivos
buscando respuestas a mis preguntas.
En el campo comprendí que
el cadáver de un conejo sigue teniendo un pelaje suave,
que la fruta caída es
devorada por los gusanos,
que la mariposa sale de
la crisálida.
Comprendí que el hombre
suda y la mujer sangra.
Comprendí que el hombre
grita y la mujer llora.
Nunca al revés.
En las tardes de soledad
encontré mi herida.
Metí mis dedos en ella y
vi cómo sangraba.
Por primera vez vi mi sangre,
más oscura de lo que esperaba.
Dejé que el aire entrará
en la herida,
dejé que una manada de
ciervos pisará mi cuerpo y me hiciera fuerte.
En el campo descubrí que
no era el hombre que mi padre quería que fuera.
Él nunca más volvió a
pisar las tierras de mi abuelo por respeto.
Imagen:@msrr
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