Testigo del desamor
Ella es juez y verdugo.
Ella decidió
que mi amor no era puro,
que no podía haberme enamorado de su reflejo en las mareas.
Y yo, desquiciado por el amor idílico, homérico y platónico,
me desnudo todas las noches ante su atenta mirada,
abriéndome en canal ante ella
y dejando que su luz
purifique el amor que le tengo,
0 comentarios: